lunes, 8 de abril de 2013


EL LIBRO AZUL DE COLOMBIA EN EL SIGLO XX Y
                                       SU IMPORTANCIA EN LA CONSTRUCCIÓN DE NACIÓN

El libro azul de Colombia fue publicado en 1918, por petición del entonces presidente José Vicente Concha. El ejemplar fue divulgado en  inglés y en español y su edición estuvo a cargo de la imprenta J.J Little and Ives con sede en la ciudad de Nueva York en los Estados Unidos.

Es un compendio que recoge toda la información relacionada con la construcción y desarrollo del país haciendo alusión a los siguientes temas:

·         Historia condensada de la republica
      ·         Bosquejo histórico hasta la Independencia
·         Próceres de la independencia
·         Gobernantes de Colombia
·        Bosquejos biográficos de personajes eminentes de la década
·        Descripción de los departamentos de la república (Antioquia, Atlántico, Bolívar, Boyacá, Caldas, Cauca, Cundinamarca, Huila, Magdalena, Nariño, Norte de Santander, Santander, Tolima y Valle del Cauca).
·         Materias relacionadas con el derecho mercantil colombiano
·         Transporte fluvial y ferroviario en Colombia
·         Comercio, agricultura y minería del país, según las estadísticas oficiales

A lo largo de las páginas que conforman esta publicación puede observarse el relato completo de la historia, la geografía, el comercio, las riquezas naturales, las vías de comunicación y muchos otros aspectos y características propias de nuestro país, lo cual le otorga un valor significativo a esta publicación. Sin embargo, para efectos del desarrollo del trabajo, me centraré principalmente en destacar la importancia que cobran los últimos ítems nombrados en el listado superior, como aspectos específicos que se convierten en referentes determinantes para el ámbito comercial del país y de enorme validez para el libro azul en la época de su creación.
Vale la pena revisar con especial interés el énfasis que se hace a lo largo del texto hacia los lugares, fábricas o empresas a partir de las cuales se pueden promover relaciones con Estados Unidos, encontrando este hecho como una de los principales razones para llevar a cabo este extenso y juicioso trabajo, tal como se expresa en una de las páginas del libro:

 “Uno de los principales objetos del libro azul de Colombia es fomentar las relaciones comerciales entre Colombia Y Estados Unidos, y sobre todo dar a conocer las oportunidades comerciales  de aquella a los exportadores, importadores, fabricantes y otros norteamericanos que se interesan en negocios con la América del sur”[1].

La cita anterior tiene absoluta coherencia con el momento en el que el país buscaba con mayor ímpetu la apertura de posibilidades para el progreso y avance económico, lo cual había sido precedido por los diferentes gobernantes que debieron sumir dicha responsabilidad durante las primeras décadas del siglo XX.

La creación del Libro Azul de Colombia, coincidió con el gobierno de José Vicente Concha, quien aparece en las primeras páginas de la publicación representado en una ilustración  y aunque no se conoce la autoría de la misma, si se da por entendido que fue durante su gobierno que se construyó esta importante compilación caracterizada por ilustraciones, mapas, fotografías antiguas, tablas estadísticas, entre otros elementos, que refuerzan y recrean las líneas escritas a partir de las que se cuenta toda la historia del país, con especial énfasis en sus relaciones internacionales.
Así mismo, en este libro puede encontrarse la compilación de todos los establecimientos comerciales existentes en el país para ese momento, divididos según su ubicación por departamentos o ciudades capitales, encontrado además una resumida historia de la creación o aparición de dicho lugar – llámese empresa o fábrica- la especialidad que manejan dentro del mercado nacional y sus datos de contacto. Se encuentran registros de todo tipo de establecimientos con servicio al público, tales como:

Escuelas
Librerías
Colegios
Imprentas
Haciendas
Fabricas
Bancos
Banqueros y comisionistas
Farmacias
Hoteles
Sastrerías
Ebanisterías
Constructoras
Consultorios médicos
Laboratorios
Joyerías
Clínicas dentales
Mercados

 

 

 


La consolidación de información a la que se hace referencia en el párrafo anterior, puede constituirse como el inicio de los directorios en el país, con lo cual fue posible establecer un registro de “casas y empresas con las cuales le convendrá al norteamericano de negocios ponerse en relaciones. En esas páginas encontrará los nombres y negocios de los principales importadores y exportadores Colombianos –sobre todo los importadores, puesto que Colombia importa casi todos los artículos manufacturados y gran parte de las materias primas que consume”[2].
Casi todos los lugares que están mencionados a lo largo de la publicación presentan una fotografía alusiva a la infraestructura misma del inmueble en que funcionaban y operaban los diferentes negocios, pero además también se encuentran fotografías alusivas a los diferentes oficios y actividades que desempeñaban los trabajadores de aquellas fábricas, de las cuales muchas se constituían como las primeras en el país, que se especializaban en el desarrollo y producción de un determinado producto comercial.

Por lo general en la descripción que acompaña las fotografías, se destaca la maquinaria o elementos industriales con los que cuentan las diferentes fábricas, lo que da muestra del interés y el afán que surgía en este momento por tener equipos tecnológicos que ayudaran a que los procesos industriales tuvieran producciones con mayores estándares de calidad.
Se debe destacar también la importancia que para esta época cobraba el sistema de transporte en el país, lo cual se evidencia a lo largo del libro azul a partir de la extensa y bonita descripción que se hace de los ríos navegables con los que cuenta en país y que para ese entonces eran de absoluta importancia para la comercialización “los ríos navegables que se extienden a más de una provincia, y aquellos que sirven para el comercio exterior, pueden ser navegados libremente por toda clase de buques mercantes de cualquier porte, ya sean nacionales o extranjeros; y sus riveras son de libre acceso  para cuantos naveguen por ellos”[3].

Principalmente se hace referencia al rio Magdalena como principal medio de comunicación, siendo la vía por la cual “entran a Colombia las mercaderías extranjeras y por ella salen las exportaciones  del país, pues los centros de consumo y producción están situados a poca distancia de esa grande arteria fluvial”[4]. A estos se suman otros ríos navegables como el Cauca, el Amazonas, el Meta, el Patía, el Atrato, el Arauca y otros de menor importancia.  Por su puesto no se puede dejar de lado la importancia que cobran los principales puertos marítimos, lugares a los que llegaban y de los cuales salía toda la carga de importación y exportación de productos.
Continuando con el relato, debo mencionar que es fascinante la manera como describen el territorio colombiano a lo largo y ancho de su extensión y la importancia que cobra en términos de su ubicación geográfica, exaltando la riqueza natural que tiene y las particularidades que se encuentran en cada región o departamento que lo conforman.

En el libro Azul de Colombia, este juicioso trabajo de descripción geográfica tiene como objetivo principal promover las relaciones comerciales de importación y exportación de productos con otros países, basado en la evidencia, que el país cuenta y contaba para ese momento con un amplio escenario paisajístico y territorial que se ajustaba a las necesidades y recursos requeridos para poder llevar a cabo actividades y procesos de este tipo, idea que se expone claramente en la siguiente cita: “es evidente pues que el país tiene grandes riquezas naturales, a las cuales solo falta capital que las desarrolle”[5]
Teniendo en cuenta lo anterior, se evidencia en esta corta descripción la riqueza del territorio y la variedad de posibilidades que este ofrecía en pro de su desarrollo y avance industrial:

“1. Costa en ambos océanos (único país suramericano de esta suerte favorecido).
2. Posible comunicación por agua, por los afluentes de los ríos Orinoco y Amazonas, con la mayor parte de Suramérica.

3. Colocación tal, que los barcos de todas las partes del mundo, al hacer el circuito de su navegación comercial, no tendrían inconveniente en llamar a uno de sus puertos si así lo demandaran sus negocios.
4. Libre, como el Canadá y Rusia del inconveniente de fronteras infranqueables de todos lados.

5. Ventajas de situación referentes a las grandes trombas de viento, pues casi no tiene regiones desiertas.
6. Ser el país más grande de los próximos al gran centro comercial que necesariamente será el canal de Panamá.

7. El mejor colocado de los países latinoamericanos, para grandes mercados mundiales. Líneas directas lo ponen en comunicación con todos los puntos del universo: Nueva York, Nueva Orleans, Liverpool, Londres, Hamburgo, Amberes, Bordeaux, Cádiz, Gibraltar […]. Esto significará en su debido tiempo, una enorme superioridad en la competencia de impuestos de transporte, y hará a este país absolutamente libre de dependencias de otras naciones”.[6]

También se destacan los ferrocarriles dentro de los medios de comunicación de gran importancia que permitían el movimiento e intercambio de productos en el país, encontrando que para esa época la extensión total de los ferrocarriles era de 1247 kilómetros.
Como aspecto general, se hace un interesante trabajo estadístico a partir del cual  reportan las cifras obtenidas relacionadas con transporte de carga y de pasajeros para el caso ferroviario, además de las estadísticas registradas de importación y exportación con aspectos relacionados con la explotación minera, la agricultura, el correo postal,  entre otros.
El telegrafo era otro de los medios de comunicación que permitia mantener el vínculo informativo con otros paises. Para 1913 el telegrafo en Colombia funcionaba en una red de 18588 kilometros y 564 oficinas. La lineas telegraficas de los ferrocarriles “han sido construidas por  cuenta de las respectivas empresas  ferroviarias que en seguida se enumeran, para el uso exclusivo de ellas”[7]:
Teniendo en cuenta que ya se hizo un repaso general por el contenido y específicamente por los temas de mayor relevancia y particularidad que expone la publicación a lo largo de sus páginas en cuanto a relaciones comerciales se refiere, es importante hacer alusión nuevamente a la creación de Libro Azul de Colombia.
Fue impreso como se había mencionado por la empresa J.J Little and Ives de los Estados Unidos, dedicada al trabajo tipográfico con especialidad en “la preparación mecánica completa de libros, para lo cual cuenta con una de las instalaciones  más modernas y mejores equipadas de los Estados Unidos”[8].
Entre las particularidades de la fábrica se destaca la impresión y encuadernación de libros en castellano y la composición tipográfica y composición de planchas electrotipadas para enviarlas a diferentes lugares del mundo.
Esto daba a conocer que la imprenta ya contaba con cierta tecnología que les permitía producir este tipo de ejemplares como el Libro Azul, lo que podía ser una inmensa ventaja para Colombia entendiendo que se había elaborado un ejemplar dedicado a nuestro país, que permitiría dar a conocer la situación en la que nos encontrábamos y generar posibilidades de mejora, comercial y económicamente hablando, con países de América del norte y Europa, en aras de progreso y desarrollo industrial a comienzos del siglo XX. Lo que sustenta también la idea que el libro fuera producido en los dos idiomas.
También se encuentran avisos comerciales de establecimientos ubicados en diferentes ciudades de Estados Unidos, lo cual permite entender que para este momento ya se empezaban a establecer relaciones importantes con países internacionales y a través de estos anuncios era posible generar intercambios comerciales y así mismo un interés por productos específicos que se ofrecían por este medio, encontrando incluso fabricas, empresas o almacenes con sucursal en una ciudad de Colombia y en una ciudad de los Estados Unidos.
 
CONCLUSIONES
Vale la pena mencionar que no es mucha la información que se encuentra sobre la creación del libro Azul de Colombia y siendo una publicación tan importante en la que prácticamente se cuenta la historia del país hasta las primeras décadas del siglo XX, debería estar más referenciado por diferentes autores. De hecho es poca la información que se encuentra de su mismo autor, por lo que valdría la pena indagar un poco más en su biografía y sobretodo en la razón por la cual fue promovida la creación de ese bonito ejemplar.
El libro Azul de Colombia puede ser considerado como un fuerte sustento documental que a través la recopilación de datos, estadísticas e imágenes, permite tener un conocimiento y una noción general sobre las dinámicas comerciales que permitieron el desarrollo y avance del país, entre muchos otros aspectos que se exponen como parte fundamental de la construcción de nuestra nación.
Muy interesante el hecho de encontrar imágenes y breves descripciones sobre las primeras fabricas o empresas en las que se desarrollaban procesos industriales, destacando que muchos de esos lugares se constituyeron como la base para el desarrollo económico y comercial del país, con el hecho adicional que algunas de ellas todavía existen en las grandes ciudades. A esto se suma la presentación y recolección de información a manera de directorio telefónico que puede constituirse como el precedente para la creación de este tipo de libros, lo cual se constituye como una más de las particularidades del Libro Azul y permite establecer una clara diferencia con otros ejemplares.
El hecho que el libro haya sido producido en español y en ingles, cobra un valor característico de gran importancia que trasciende al momento de su creación, abriendo inmensas posibilidades de comunicación entre nuestro país y diversas naciones para entablar relaciones de todo tipo, dando a conocer el país desde muchos puntos de vista.
Teniendo en cuenta que es poca la información que se consigue sobre el Libro Azul de    Colombia, no se conoce la cantidad de ejemplares que circularon en la época de su creación, sin embargo, el hecho de encontrar hoy en día en las bibliotecas de la ciudad solamente uno o dos ejemplares, en las salas de libros de reserva, de libros raros y manuscritos o en colecciones especiales, no solo es un indicio de los pocos libros que produjeron sino también una evidencia del inmenso y significativo valor del que es portador el Libro Azul de Colombia, por lo que muchas personas quieren tenerlo como parte exclusiva de su colección, sin poderlo conseguir fácilmente.   


 
 
 
 
 
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 



[1] TORRES LEÓN, Fernán. Libro Azul de Colombia. Pág. 706.
 
 


[2] TORRES LEÓN, Fernán. Libro Azul de Colombia. Pág. 43.


[3] TORRES LEÓN, Fernán. Libro Azul de Colombia. Pág. 34.
[4] TORRES LEÓN, Fernán. Libro Azul de Colombia. Pág. 37.
 



[5] TORRES LEÓN, Fernán. Libro Azul de Colombia. Pág. 33.
[6] TORRES LEÓN, Fernán. Libro Azul de Colombia. Pág. 35.





[7] TORRES LEÓN, Fernán. Libro Azul de Colombia. Pág. 695.

 



[8] TORRES LEÓN, Fernán. Libro Azul de Colombia. Nueva York. U.S.A. Ed. J.J Little and Ives. 1918. Pág. 695.





 

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